lunes, 24 de agosto de 2020

Eclipse Solar en Adicora. (Relato personal).

 La tristeza me embargaba el alma. Habia enterrado el día anterior unos años de mi vida. Un consuelo y una compañia  que me había ayudado a remontar la cuesta del camino durante uno de los trechos más importantes de los ultimos tiempos. Era Carnaval. Mi gente me esperaba ansiosa para disfrutar de esos días  de asueto en la playa. Saque del armario mi traje responsabilidad y salimos buscando el dulce vaivén de las palmeras y el perfume del mar.

Territorio sagrado. Nada ni nadie en qué pensar. Solo los recuerdos. Idas, venidas, bullicio, propuestas, invitaciones, y al fin, el fin... Adicora!. Último eclipse solar del siglo...allá vamos, no te ocultes todavía, espera para cubrirnos con la protección de tu manto oscuro. Ya vamos...

Salida tempranera. Cruce de caminos donde se incorporan otros. Alegría por el misterio de lo desconocido.

Coro, capital del Estado Falcón. Nos adentramos en sus médanos. Arena y dunas a ambos lados del camino.

VUELVE A TU CANTO DE TURPIAL, LLENA DE GRITOS EL CARDENAL..

Mucho tráfico, vigilancia, seguridad. Insólito. Estamos en Venezuela... que pasa, porque ese despliegue?...  Nos visitan gentes de todas las latitudes. Es uno de los lugares privilegiados del planeta Tierra desde el que se podrá contemplar el increíble fenómeno. Hay que dar buena impresión. El pequeño aeropuerto de Adicora está repleto de avionetas con todas las siglas existentes. Es casi lujurioso ese despliegue de ostentación de la riqueza!.

Todo está organizado. Tan organizado que al llegar encontramos buhoneros a ambos lados del camino vendiendo las prodigiosas gafas que nos servirán para evitar la ceguera en caso de que tengamos la nefasta idea de mirar de frente al sol. Tan solo cuestan un dólar. Y que es un dolar comparado con la tranquilidad de saber que nuestra visión proseguirá después de haber contemplado semejante maravilla?.

ÚLTIMA DEL SIGLO! SEÑORAS Y SEÑORES, NO SE LA PIERDAN!, QUIÉN SABE SI NUNCA MÁS TENDRÁN LA OPORTUNIDAD DE DISFRUTAR ALGO SEMEJANTE!.  ÚLTIMO ECLIPSE SOLAR DEL SIGLO!!!.

Llegamos a nuestro punto de destino. El mundo esta en Adicora. Carpas, carros, furgonetas, coches, camiones, bicicletas, caballos, cualquier cosa sirve.

Por supuesto nos aprovisionamos de hielo y las respectivas botellas de ron, carbón, carne, cigarrillos, refrescos y emprendemos la búsqueda del lugar desde el cual poder vivir esa experiencia. Subimos, bajamos, damos vueltas, volvemos a subir, bajar y c'e toit!, descubrimos una casa en ruinas frente al mar.

Entramos, nos instalamos, organizamos la parrilla, prendemos fuego al carbón, nos servimos unos palitos y disertamos (mientras el fuego se hace brasa) sobre lo divino y humano que significa vivir este momento. Todos nos preguntamos dónde estaremos en la fecha que esta asombrosa representación de la naturaleza se vuelva a producir. Algunos ya no viviremos. Habremos pasado a formar parte de la misma. No importa, hay que disfrutar del momento! y el momento nos indica que hay que poner la carne en la brasa para comenzar el rito. Descorchamos una de las botellas y bautizamos el lugar en memoria de los espíritus que allí habitan, luego nos servimos nosotros, cumplido el trámite.

LOS QUE MUEREN POR LA VIDA, NO PUEDEN LLAMARSE MUERTOS...

Todo está tomando su lugar para impulsarnos al gran suceso. Comemos, bebemos, cantamos ... y de repente... las radios comienzan a anunciar que se acerca la hora. 

Expectantes miramos al cielo viendo como la luna se acerca al sol, poco a poco, pero inexorablemente comienza a invadirlo, a millones de años luz, lo opaca, lo oculta... Cuando llega a su zenith, la penumbra, las sombras, la oscuridad total se hace... Los grillos comienzan a cantar,  el oleaje se calma, el mar es una ondulante seda plateada, el silencio invade el área. Un estremecimiento nos conmueve a todos...el fin del mundo debe ser igual... silencio, oscuridad, soledad...

VULNERABLE FÍSICAMENTE, PERO ESPIRITUALMENTE FERREAMENTE, CONFORMADO...

Ella La luna, impulsada por el aliento de todos los que estamos contemplandola , angustiados por el temor a que su camino se detenga, regodeándose en nuestra zozobra y displicentemente seductora, continúa su recorrido. Un suspiro de alegría nos sacude, los gallos cantan, las olas vuelven a golpear las rocas, el mar recobra su color e ímpetu, todos aplaudimos alegres y esperanzados porque la vida continua. Solo es un aviso de Dios. ¨Si sientes que tus fuerzas te flaquean , mira hacia arriba y pide: Concédeme tu fuerza...¨

                                      SOL COLORADO, VIENTO DEL ESTE...

Han transcurrido algo más dos décadas, algunos han pasado formar de la naturaleza, otros estamos sumergidos en una vorágine de tiempos inciertos donde un virus proveniente de nadie sabe donde, quizá de mentes tortuosas, o de castigos divinos, está empeñado en hacernos difícil en tiempo que nos queda. Pero seguimos y seguiremos recordando y soñando el instante en que la naturaleza nos unió en un momento mágico en el rincón del planeta más añorado para muchos.





   

                   

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